sábado, 9 de abril de 2011

SOSTRES, LOS NUEVOS INQUISIDORES Y LA NUEVA CENSURA


Muchos de los cometarios de Sostres no me gustan. Es más: algunos son bastante recriminables (no todo, ya que nadie es perfecto o imperfecto en su totalidad). Pero hay algo que no debemos tolerar…: Que se conculque la libertad de opinión, de prensa. Si algunos reclamamos tolerancia “0” para la violencia (de cualquier tipo, porque el delito es en sí la violencia), parece ser que somos menos los que reclamamos tolerancia cero a cualquier forma de censura, aunque se digan cosas que no compartimos para nada y que, además, consideramos perniciosas.

Porque si la razón de permitir censura es considerar legítimo amordazar a quienes tienen valores y formas de pensar y sentir distintas a las propias (lo que implica a su vez, considerar y asumir de manera absoluta que solo los valores, pensamientos y sentimientos propios son los válidos), entonces, por mera coherencia, se estará reconociendo el derecho a que otros ejerzan, del mismo modo, y por el mismo motivo, esa misma censura sobre aquello que no se corresponde con su modo de ser, pensar, valorar y sentir.

La fuerza de la razón, la verdad y la justicia no están en censurar, prohibir, acallar, silenciar. Si un cantamañanas dice una tontería, pues está en su derecho hacerlo. Allí estaremos los demás para saber contestar, argumentar y dejar el mensaje soez, la estulticia, la perversidad a la altura que se merecen.
No me gustan las reacciones que piden censurar a este señor. De prohibirle hablar. Eso hacen todas las dictaduras que asumen ser la fuente de la verdad, la justicia, la razón y con ello encuentran legítimo silenciar, perseguir y encarcelar a sus oponentes.

No estoy de acuerdo pues con lo que se propone en torno al artículo y la persona en cuestión. Linchamiento y censura ¿Y nos llamamos demócratas? Porque es muy fácil llamarnos demócratas cuando se trata de que nos dejen hablar a nosotros y dejar hablar a aquellos que piensan como nosotros. Y llamamos tiranos a quienes nos quieren acallar. Pero si lo piensa bien el demócrata, se debe dar cuenta que el ejercicio real, la prueba de fuego de su auténtica actitud democrática, está cuando debe enfrentarse a aquel que se le opone en discurso y valores. Si no la democracia que proclama es puro cuento. La manga ancha para mí y angosta para el prójimo. No es serio.

Cuando me enteré de la noticia, quise ir a la fuente de la misma. Y eso es lo que no consiento. Eso es lo que no podemos consentir: Que alguien o un grupo de presión decida por mí qué debo y que no debo leer. Me sentí violado y agredido en mi derecho a saber por mí mismo. De juzgar por mí mismo. De conocer de primera mano el texto sin que nadie me lo contara y pudiera darme una visión tergiversada con buena o mala intención.

Desde aquí me gustaría demandar a todo el sistema que puede hoy por hoy privarme de ese derecho a leer lo que me dé la gana, como a escribir y expresar mi opinión, por muy imbécil que le parezca a otro. Soy un ciudadano vejado en mi libertad. Vejado, humillado y privado de mis derechos.

Leo titulares y me quedo estupefacto:
La Fiscalía contra la violencia de Género estudiará si el artículo de Sostres en el que justifica el asesinato de una joven incurre en delito.

Menos mal que he leído el artículo porque google es aún el reducto de las libertades y salvó de la quema nazi estos textos. Dice:

Ni puedo justificar ni justifico un asesinato, ni cualquier forma de maltrato tenga consecuencias más leves o más graves. No pienso que haya causas morales que puedan justificar matar a alguien, ni que puedan servir siquiera de atenuantes en el juicio. Digo que a este chico le están presentando como un monstruo y no es verdad. No es un monstruo. Es un chico normal que se rompió por donde todos podríamos rompernos


Sostres lo dice claramente. No lo acepta, no lo justifica, no hace apología del “terrorismo,” como han dicho algunas personas, desgarrándose las vestiduras, con una exageración solo posible cuando de saca de contexto y de sentido el discurso del articulista. Una reacción que solo puede ser explicada por la vehemencia del fanatismo o intereses innobles (todo lo que no obedece a la verdad es innoble).

Sostres agrega: “El chico se rompió por donde todos podríamos rompernos”… ¿Y es eso falso…? ¿Alguien de verdad, con honestidad, se siente libre de pecado y puede lanzar la primera piedra? ¿Alguien puede aseverar que, en un momento crítico emocional (la madre o el padre frente al violador de su hija o hijo, por ejemplo), no perdería los nervios y se abalanzaría sobre el asesino para matarlo con furia? Cualquiera, hombre o mujer, podemos caer en el descontrol de nuestras pasiones, conmociones. Rompérsenos los frenos ¿Qué ha dicho Sostres de verdad que no sea cierto?

Me asusta el grado de ceguera, fanatismo, retorcimiento de quienes a pesar de leer esto, han sido incapaces de leerlo en su intención y lo han deformado hasta decir todo lo contrario de lo que dice. Estamos ante un estado de locura. Y lo que es peor, amparada por las instituciones políticas, judiciales y los medios de comunicación, con lo cual se siente el mismo peligro que podría haber sentido un judío en tiempos del nazismo, cuyo fanatismo negaba lo evidente y contagió (por intereses o por miedo, y mucho por ignorancia) a toda una sociedad. Tengo miedo.

Comprender una realidad psicológica y emocional no significa justificarla. Es simplemente hacer un ejercicio antropológico, psicológico y de empatía. Este señor comienza por no justificar el asesinato. Solo intenta mostrar las causas que nos lo hacen comprensible. Todo tiene su causa, su lógica. Es la labor de un psicólogo cuando quiere comprender para ayudar a una psique. Nadie diría de un psicólogo que comprende la lógica del razonamiento de un psicópata, que está haciendo apología de la psicopatía.

El machismo es un comportamiento, un conjunto de valores, una forma de pensar y sentir cultural, acerca del rol y la relación entre hombre-mujer. Querer ver perversidad en un machista es no entender la existencia de modelos culturales y ponernos en la misma tesitura de un talibán, de un beato mea pilas que juzgaba desde una moral incapaz de comprender que existen paradigmas, modelos, procesos de enculturación que hacen que las personas tengan referencias, modelos, patrones, valores y sentires arraigados. Es una visión mezquina, PEQUEÑA, maniquea de la realidad. Y me temo que es una visión propia del fanatismo moral, religioso y político.

Algo habrá que preguntarse cuando una persona presiente el temor de escribir lo que piensa. Ese miedo a las consecuencias por causa de una sociedad instalada en la intolerancia, afanada fanáticamente en imponer unos criterios con el revanchismo de quien se ha sentido y ha sido víctima de otra intolerancia. Pero esta actitud enferma a nuestra democracia, nos hace una sociedad enferma, podrida de dogmatismo e injusticias.

Sostres dijo que el chico no era un monstruo, sino una persona normal…No quiso decir otra cosa que reconozcamos que las pasiones humanas existen, y que una persona, al límite de sus emociones, las descontrola. No quiso decir que ello fuera bueno. Jamás puede ser bueno desatar las pasiones. Si no somos capaces de reconocer esto, no seremos capaces de enfrentar ningún problema de comportamiento (machista o de cualquier otro orden), porque mal se resuelve aquello que no comienza por enfocar el problema admitiendo la realidad. Entonces la solución será siempre ficticia. Sostres lo único que ha señalado es lo que por otra parte, se ha pasado por alto en la vehemencia del fanatismo, aquello que, paradójicamente, esos y esas que se rasgan hoy las vestiduras, aplauden en la ópera, en esas escenas terribles de Canio (Pagliacci, de Leoncavallo), Otelo (Verdi), Rigoletto (Verdi también) por citar los más famosos. Creo que, a partir de ahora, la corrección política, la nueva censura, tendrá que quemar los libretos de Leoncavallo, Arrigo Boito y Francesco María Piave y prohibir la representación de estas óperas por apología de la violencia machista.

A pesar de la persecución de las nuevas y nuevos Torquemada y sus inquisiciones, de grupos de poder bien organizados y orquestados, que han logrado crear intereses dentro de los partidos y en consecuencia, filtrar en forma de moral sus perversos fanatismos, aprovechando todos los medios y recursos de difusión, yo publicaré este artículo, y tendré que ser denunciado, perseguido, condenado y encarcelado por apologista de la mesura, porque ahora la nueva tiranía, el nuevo dogma, el nuevo catecismo, comienza a construir al nuevo judío, al hombres, y ha logrado instalar la culpa, la sospecha, el miedo en la sociedad sobre los hombres. No podemos defendernos, porque ¿¡que va a decir un hombre!? Pues eso... ¡hombre tenía que ser y por eso dice lo que dice!

Y debe constar que jamás en toda mi vida, porque vengo de un entorno social y familiar perseguido desde muy remoto, se me ha pasado por la mente que una mujer pueda ser menos que un hombre, jamás he pensado que tenga menos capacitación o capacidad para nada (inclúyase la música, la pintura –donde especialmente han sido marginadas y despreciadas- y demás artes, la física, la química, la medicina, la dirección empresarial o de cualquier otro tipo (sea también la dirección de orquesta. Vaya mi homenaje a Simone Young), la literatura y la poesía, la bondad, la paz, la guerra y la perversión, el sadismo y la crueldad)1 , porque siempre he partido que en esta materia, el sexo es una anécdota. Siempre he hablado de seres humanos. También hay pasiones en ellas que hoy se achacan a la “violencia machista”. Recuérdese el caso de Medea. Porque eso es lo que venía a decir el pobre Sostres: las pasiones humanas existen, son parte consustancial del ser humano (hombre o mujer). Y reconocerlo no es hacer apología de nada. Es comenzar por reconocer la condición humana y a lo que puede llegar en la ofuscación (incluso puede llegar a condenar al señor Sostres a una metafórica hoguera, aunque no menos dolorosa y vejatoria).

Si esto sigue adelante, haré campaña porque sea revisada toda la literatura y la lírica y la cinematografía para eliminar de bibliotecas, filmotecas y escenarios, todas las obras que hasta aquí hemos aplaudido como sentidas tragedias (García Lorca incluido…y que se cuide Almodóvar, que Doña Lidia Falcón –a quien admiro y respeto en muchos de sus planteamientos- ya le ha puesto en el índice de los machistas más execrables de este país). Vamos a hacer la pira de Berlín.

Leo y releo el artículo de Sostres y nada leo en él como apología a la violencia, al terrorismo machista, al perdón de un crimen, a la justificación del mismo. Leo a una persona que nos dice que por desatar las pasiones que tenemos, no podemos ser llamados monstruos. Pero deja claro que esas pasiones no son tolerables, ni justificables. Un ser humano tiene el deber ético, moral de controlar sus pasiones, trascenderlas y convertirse en un ser humano por encima del apetito, la sed, el instinto, la pulsión animal, la frustración, el dolor y el fracaso. Por tanto, y lo pongo en mayúsculas (para que no pase desapercibido y se diga luego que no se entendió o no se captó), NO ES JUSTIFICABLE NI PERDONABLE LO QUE EL ASESINO HIZO A SU VÍCTIMA (2) Y DEBE CAER TODO EL PESO Y RIGOR DE LA LEY CONTRA UN CRIMEN. Pero no porque la víctima sea mujer. Porque si es una atrocidad para una mujer, lo es en tanto y cuanto que el hecho de privar de la vida a un ser humano (y a cualquier ser vivo –no a los toros-) es una atrocidad. Por consiguiente, quede dicho. Y remátese que jamás tuve, ni tengo, ni tendré molestia, problema o sentido de vejación porque una mujer sea mi jefa y mande con todas las consecuencias. No toleraría que ningún hombre, ni ninguna mujer me mandasen por el solo hecho de ser obedecidos con una conciencia de vejación y superioridad.

Mientras no nos demos cuenta que el mal, la violencia, la vejación son lo que son no por otra cosa más que por su esencia y no por la cualidad de quienes la sufren, se cometerán toda clase de agravios comparativos que terminarán generando un círculo sempiterno de violencia, agresión, rabia, despecho, odio, deseo de revancha, etc., etc., etc.

Por respeto a la libertad de expresión pongo seguidamente el artículo del Sr. Sostres (retirado, prohibido, censurado), a disposición de todos los que tenemos el derecho a que nadie nos diga qué debemos y qué no debemos leer. NO A LA CENSURA. NO AL ÍNDICE. NO A NINGUNA FORMA DE INQUISICIÓN. Que la Fiscalía actúe, y que los ciudadanos cumplamos con nuestro deber de defender nuestros derechos.


Notas al píe:

(1)Aprovecho para invitar a que se conozca, divulgue y ahonde en la obra de mujeres injustamente olvidadas y postergadas, como en el caso de Rosalind Franklin, Marie Anne Pierrette Paulze, Marie Meurdrac, Emily Noether (ciencias); Artemisia Gentileschi, Mary Cassat, Grabielle Münter (pintura); Hildegarda de Bingen, Clara Schumann-Wieck, Lili Boulanger, Alma Mahler. Galina Ustvolskaya, Fanny Mendelssohn (compositoras).

(2)Aprovecho, también, para llamar la atención sobre formas de escribir que me parecen producto de una actitud tendente a la discriminación y la xenofobia encubierta. Yo hablaría del presunto asesino, o el presunto criminal, criminal confeso, pero jamás diría, la mujer asesina, el hombre asesino, el joven asesino (que en ciertos contextos podría asociar edad a tipos delictivos de comportamiento), el joven rumano asesino, o el joven gitano, sudamericano, marroquí, etc., que, en cierto contexto, hace asociación subliminal entre tipo de grupo y comportamiento.


EL ARTÍCULO DEL SR. SOSTRES:
El chico rumano de 21 años que ha estrangulado a su novia embarazada, también rumana, de 19, “era un chico normal”, según han dicho de él sus vecinos y conocidos. “Discutían como cualquier pareja”, ha explicado la madre de la víctima. Después de cometer el crimen –o de presuntamente cometerlo, hasta que no se celebre el juicio- el chaval, horrorizado por lo que había hecho, telefoneó a su padre a Rumanía y le mostró el cadáver de su novia muerta a través de una webcam.

Porque un chico normal de 21 años que está enamorado de su novia embarazada, es normal que pierda el corazón y la cabeza, el sentido y el mundo de vista, si un día llega a casa y su chica le dice que le va a dejar y que además el bebé que espera no es suyo.

Ni puedo justificar ni justifico un asesinato, ni cualquier forma de maltrato tenga consecuencias más leves o más graves. No pienso que haya causas morales que puedan justificar matar a alguien, ni que puedan servir siquiera de atenuantes en el juicio. Digo que a este chico les están presentando como un monstruo y no es verdad. No es un monstruo. Es un chico normal que se rompió por donde todos podríamos rompernos.
Porque hay muchas formas de violencia, y es atroz la violencia que el chico recibió al saber que iban a dejarle y que el niño que creía esperar no era suyo. No te causa la muerte física pero te mata por dentro y aquel día algo de ti muere para siempre. No justifico lo que hizo, ni creo que se pueda justificar, pero no es un monstruo: es un chico normal sometido a la presión de una violencia infinita, una violencia que no por no ser física es menos violenta; un chico que luego tuvo una reacción terrible, inaceptable e inasumible, criminal, y que no sólo terminó con la vida de su novia y la de la criatura que esperaba sino que terminó, en cierto modo, con la suya propia.

Espero que si algún día me sucede algo parecido disponga del temple suficiente para reaccionar quemándome por dentro sin que el incendio queme a nadie más. Pero me reconozco en el dolor del chico, en su hundimiento, en su caída al fondo de sí mismo oyendo las explicaciones de su novia. Me reconozco en su desesperación, muy normal y nada monstruosa: en su herida, en su desgarro. Quiero pensar que no tendría su reacción, como también lo quieres pensar tú. Pero ¿podríamos realmente asegurarlo? Cuando todo nuestro mundo se desmorona de repente, cuando se vuelve frágil y tan vertiginosa la línea entre el ser y el no ser, ¿puedes estar seguro de que conservarías tu serenidad, tu aplomo?, ¿puedes estar seguro de que serías en todo momento plenamente consciente de lo que hicieras?

Que la justicia dicte su sentencia y que sea tan severa como tenga que ser. Ante un asesinato no hay causas morales. Pero este chico no es un monstruo. Es un chico normal disparado al centro de su querer, arrancado a la vez de su novia y de su hijo, sometido a una violencia brutal que al no ser física nunca se considera pero que ahoga y machaca lo mismo que cualquier otra violencia.

Hay muchas formas de violencia. La mayoría de los que escriben y leen sobre sucesos ignoran cómo a veces el amor se convierte en escoria y en desgracia y se abraza desesperadamente a la tragedia"

http://estamoscenando.blogspot.com/2011/04/sostres-se-para-4-pueblos.html

3 comentarios:

  1. "un chico que luego tuvo una reacción terrible, inaceptable e inasumible, criminal, y que no sólo terminó con la vida de su novia y la de la criatura que esperaba sino que terminó, en cierto modo, con la suya propia".

    Lo anterior lo decías en tu articulo y no te falta razón, pero los que no respiran son la novia y la criatura. Él, el muchacho despechado, aunque sea detrás de una reja y durante nueve años, seguirá respirando,los nueve de la celda y el resto paseando por la Puerta del Sol, por poner un ejemplo, pero la chica (diecinueve años) y el bebé que venía nunca más respiraran, ni pasearán por la Puerta del Sol. y obviamente, a ellos (madre y bebé) nadie, repito, nadie, puede considerarles monstruos.

    Es mi opinión

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  2. Efectivamente, mí estimado Juan Carlos. No quita una cosa la otra. Es un asesino. Los asesinados las víctimas. ESO NADIE LO DISCUTE. Pero aquí se trata de la libertad de prensa, la demonización de personas por parte de grupos fanatizados (el autor de un artículo al que se le achaca lo que no dijo. Y todo por aversión política). De la tergiversación de un artículo. De llamar las cosas por su nombre (que con solo eso, ya son terribles y reprobables al máximo). Y por si fuera poco, para mayor INRI, los que se rasgan las vestiduras con Sostres, su artículo y el asesino, demostrando un oportunismo político asqueroso ("¿monstruoso?"), y demostrando lo poco que en realidad les importa el horror de este crimen, ya lo han aprovechado para sus intereses más mezquinos: Intentan involucrar a la Presidenta de la Comunidad de Madrid para que se persone en la acusación.

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  3. Buscando noticias sobre una formación política he encontrado lo que puedes leer en el enlace siguiente
    http://www.pcal-ci.es/index.php/es/todas-las-noticias/249-salvador-sostre-racista-misogino-pederasta-y-apologista-del-asesinato.html

    Confieso que ni he leído el articulo publicado en El Mundo, ni he visto y obviamente escuchado la intervención en televisión a que se hace referencia, lo que me impide hacer una valoración justa de lo dicho por el Sr. Sostres.

    Ello no me impide, no obstante, tener mi propia opinión sobre victimas y verdugos. Las primeras no lo son por voluntad propia, ni llegado el momento tendrán oportunidad de dar su versión de los hechos y que un jurado popular estime en su favor o contra atenuantes o agravantes. caso muy contrario es el del verdugo él si se ha ganado este apelativo con el sudor de su frente y a tenor de su propia voluntad y ahora tiene la posibilidad de defenderse y de hablar en su favor; las victimas no. Y el jurado que vea su caso atenderá a los atenuantes y agravantes que hubiera. Y tendrá derecho a un juicio justo donde se vea lo anterior. Las victimas no han podido disfrutar de ese derecho.
    Otra cuestión es el juicio paralelo, pero mientras haya audiencia habrá Belenes Estaban´s, o sres. Matamoros, o crímenes de Puerto Urraco o simplemente el asesinato u homicidio de una joven de diecinueve años que estaba embarazada. Y en esto si estoy de acuerdo contigo, al asesino que se le juzgue en los tribunales. Es posible, realmente me estoy metiendo en un charco demasiado profundo para no saber nadar, que hubiera de limitarse el contenido de ciertos programas televisivos. Una cosa es la libertad de expresión, que defenderé allá donde haga falta y otra muy distinta la utilización de los acontecimientos con el único objeto de sacar un provecho particular, llamado audiencia y en base a lo que se firman contratos millonarios

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